Éter y Carne se comen los antebrazos
Y brillan los ojos a la luz de la oscuridad tardía
Mientras Éter llena los espacios agua, aire, luz
Se va silenciosa aquella que dio de comer
Y que comiendo odio se va
Triste, desolado, perdido, indecente
Puede ser que Éter transporte la virginidad
Hasta el cuello del útero
[Luego la carne se encoge en revolución]
En revolución sanguinaria que envuelve la tierra
Se mastica las entrañas – esas que están en las narices de los hombres
Que se queman en cada cigarro lento
Puede ser que no haya ojos
Ni manos - De visiones y ascos se forja la bajeza
Abre la energía yerma – y Yerma mata al marido
Y no hay niños – no crecen hijos – los hijos se mueren
En la voluntad – en la voluntad – no creen
La punta de los dedos incorruptibles
Entran juntas entre el fango y la sangre cuajada
En el calor y el olor a perra en celo – toman lo que late y se van
Y la carne goza el triunfo mientras que en cada silencio más y más
Transporta vida, lamento, desolación, himen y mierda
Del hombre hueso y venas
Del hombre que camina, que llora y bajo el tedio aprende
Aprende a no saber que le comen la verdad por la nuca
Que los pies no caminan por que no hay, los ojos no lloran por que no saben ver.
Aprende a ser siervo, mientras genera la energía cósmica del accidente
Que gime y lo contempla, gira un planeta, se botan las colillas, se quiebran las botellas
Se desnuda una virgen, tiene un Dios, y el deseo va por la vena de cada uno de sus apóstoles. Pariendo miedo
Entrando lenta por la carne trasporta lo etéreo de la tierra
Los montones de movimientos sarcásticos
Por la uretra de nuestra inconcepción y de nuestra no comunión
Y se abre, se expande, se miente
El universo se abre, se expande, se encorva, se adolece
Siendo un accidente limitándose a entender lo que en números guarda en el pecho
El hombre insolente, burdo, beodo, amargo, asquiento - dulzura
Cuando tiembla frente a la incapacidad, cuando ama doliendo
Cuando abre los ojos y le duele ver.
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