En sus dedos jadeantes corre caliente
Por su olor penetra en sus mejillas
Y la sigue, persigue, inventa, engulle
Por su mentón resbala y cae
Gota
A gota
Y sus dedos siguen la ruta
Por su frente háyase una nube de escarcha
Y las manos temblorosas rezan
Lo que deshace, cae, se dilata, caliente, lo engulle
Los dedos avanzan a sus labios sedientos
En la boca del estomago el vacío, la nada
Parpados que pestañean más rápidos que pensarlos
Lagrimas que navegan su inconsciente
Llegan a la oreja misma de la obsesión, dejación, caliente, lo engulle
Tiembla
Los dedos, con saliva se deslizan
Callan, piensan, dudan, sienten, calientes, lo engulle
Uno tras otro cae, uno y otro entran
Y uno tras otro retroceden hasta su pecho dolorido
Estira, alcanza, atrapa, torpe
Entre etiquetas, la lujuria, y chupa y no siente
Y uno tras otro engulle y se calientan con el palpitar de sus yemas
La boca del estomago vacía… y en su cabeza la sombra…
Escarcha, se calienta, no se derrite, cae una y otra vez
Pedazos, uno otro entran y cortan, lonjas de dolor
La gula, que corre por el ojo navega la culpa
Chupa el abandono
Y muerde y despoja al orgullo, se contrae – es viento
Saliva en la frente, de dolor
Dedos que apenas toca el recuerdo
Dedos sedientos de sal, sal uno tras otro – el grano
Entra, uno tras otro
Engullendo el grano de sal
que entra uno tras otro, lento en la sangre abierta que gotea – es tierra.