martes, 26 de agosto de 2008

Santiago, de para médicos y amantes. mp3

Cuando reverberen las hojas, lo inminente de las estrellas
y la leche caiga de las madres calladas
una quimera besara los ojos
de todo tu Santiago oscuro

Caminar, ver que las luces se encienden
con el descenso del sol,
la brisa invernal, el abrigo que puesto no abriga
y todo Santiago es medio beso

La mitad de un alma que sola
entre perlas deja una mañana,
en las pupilas de un río muerto,
en las riberas del ritmo imparable de un par de flores

Un par de flores viudas de tanto olor
pisadas de tanta agitación
en el suelo, las nubes se están
tan por abajo del suelo

Seguir un camino recto entre las curvas
resbalar por los adoquines
dirigir la mirada a un fin
con dos dedos sostener el cigarro

Ignorar el género,
al odio de las fábulas mal entendidas
soy tu Erinia
luego, los entornos entornan una Casandra

La tierra que se remueve con los pasos
lentos… que van tras otros
encontrando Ofelias muertas
deseosas de un poco de felicidad

Santiago muerto por el cansancio
abraza con las manos a hombres cansados
que la mentira les cosió los ojos
y el teléfono quemo sus oídos

Con los dedos que sostienen cigarros
apretan la cara, de lo que se ve y no se siente
se camina tras Morfeo, se implora un sueño.
Las gentes que transitan en la persecución

Se aceptan amores mal vaciados
vasos medios rotos
las gotas del éter de sus ojos
el si de un no yermo

Santiago nos guarda el recuerdo y el ruido
el cáliz de las alianzas viejas y secas
da cerveza de cabezas y las deja en las bocas
y las respuestas mal expuestas, en la noche de las gargantas.

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