martes, 26 de agosto de 2008

Se reafirma

La suciedad maldita reafirma
Reafirma lo que la fuerza de gravedad reclama
Reclaman las noches tortuosas
La madre asesina, el niño con sangre en la boca

Los árboles que refutan sobras
Resultan las veces en las que el imposible…
¡Que el imposible es tu carne!
Tu carne que se oxida, por la humedad de mi frente

Mi frente que frente a tus palabras infieles
Razonó silenciosa
Dime si estuvo mal tendernos así, como nadie
Y siendo nadie fuimos lo más nefasto de la moralidad

Y la lengua que hoy crea la reminiscencia
Que redujo tu espalda quebrada y torcida de dolor
En un quejido, un temblar…
La lengua que desde tu miedo sube hasta tu nuca – mordiendo los nervios

Que no se inmutan, que no reclaman la menstruación psíquica
La niñez perdida, los azares
La menta, la ruda – la violencia fálica de tus ojos
La desesperanza y la complicidad que crea lo íntimo que me une

La mínima autoridad – contigo
Una cama – dos cigarros – mil besos
Que no destruyen bocas y que si destruyen éticas y banalidades
Implantan la libertad vacía, la exposición de las fibras, la negación de la fe

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