Cuando hablo de un nombre, lo guardo en la frente
Digo Daniel, y puede ser cualquier Daniel que me corta la falda
Que me quita mis aros y el pañuelo
Y luego, como antaño Rodrigo que incendia mi sentir
Mi conciencia y tristezas
De viajes estériles y deseos dejados
agotados a punto de llegar a las manos…
puede ser cualquier Rodrigo, incluso aquel de una vision
que pasa por el patio, camina lento y cuando lee solo,
lo miro,
y parece un niño pequeño
me tropiezo con nombres diversos, cada uno mas bello que el otro
Víctor, encarna un amor en el aire
Una atmósfera festiva
La energía cósmica de dos seres que se unen en comunión
Es el pueblo enrabiado de algarabía
Un nombre sensato para el más cauteloso de los hombres
Que sufre de tener una lengua muy larga, que pelea con los muertos
Ve visiones, se deja dormir en sauces, y me toca los ojos
Las piedras y las amapolas
Reverberan los llamados, Cristóbal, tan bello nombre
Y legendario... un plato de sopa en invierno
La pena de una tarde sin hojas
Lo furtivo de las nubes solares, atardeceres morados
Silencios ruidosos, un abrazo inconcluso…
Llegan nombres significantes sin significado
Sebastián, Ignacio; Ignacio, Rodrigo
Repito Rodrigo y la soledad me llena
Grito tu nombre al cielo, a ver si me escucharás tan lejos
Digo Francisco, y una amistad que se pierde en respetos
Grito tu nombre al viento, a ver si mi mensaje lo escuchas, tan lejos
Tan lejos como Patricio, tan lejos como Ignacio que llena con sus manos la lucha
Que corre con las banderas en los puños
Que grita más que la desesperación misma de mí que los recuerdo,
amigos tan lejos abrazo a Gabriel en su infinidad, a Daniel en su lealtad
Miro a mi Felipe tan hombre y mi sangre
Una Camila gotea lejos hermosa como los rosales
Lloro por un Carlos que padre no llegó antes
Por María que mi vida se la debo entre arrullos y penas, entre amores y dolores
Emilio me dice que las guitarras no callan, los Víctor de mi vida no se agotan, las violetas… ni tu risa mi amado Pablo que amando a tu amante es lo mas bello.
Llenas las estrellas de cielo como un día dijera un Ignacio
Dejando tú lucha por tu vida y mi admiración inmensa a un amor instantáneo
Entre colores y golpes comunistas
Y en las alturas contra el viento Cecilia mi devoción saluda maravillosa
Paula pulula recuerdos musicales, siendo las nubes más nubes
Y Alejandro, nadie te conoció ni tu, ni yo
que entre vidas tu nombre entre risas miró mis catorce
¿tan pequeño es este lugar?
Se repiten canciones, lugares, gentes y colores
Y entre todos ellos nacen estos que rememoran la vida,
La conciencia inconsciente y las tazas con café.
miércoles, 27 de agosto de 2008
martes, 26 de agosto de 2008
Santiago, de para médicos y amantes. mp3
Cuando reverberen las hojas, lo inminente de las estrellas
y la leche caiga de las madres calladas
una quimera besara los ojos
de todo tu Santiago oscuro
Caminar, ver que las luces se encienden
con el descenso del sol,
la brisa invernal, el abrigo que puesto no abriga
y todo Santiago es medio beso
La mitad de un alma que sola
entre perlas deja una mañana,
en las pupilas de un río muerto,
en las riberas del ritmo imparable de un par de flores
Un par de flores viudas de tanto olor
pisadas de tanta agitación
en el suelo, las nubes se están
tan por abajo del suelo
Seguir un camino recto entre las curvas
resbalar por los adoquines
dirigir la mirada a un fin
con dos dedos sostener el cigarro
Ignorar el género,
al odio de las fábulas mal entendidas
soy tu Erinia
luego, los entornos entornan una Casandra
La tierra que se remueve con los pasos
lentos… que van tras otros
encontrando Ofelias muertas
deseosas de un poco de felicidad
Santiago muerto por el cansancio
abraza con las manos a hombres cansados
que la mentira les cosió los ojos
y el teléfono quemo sus oídos
Con los dedos que sostienen cigarros
apretan la cara, de lo que se ve y no se siente
se camina tras Morfeo, se implora un sueño.
Las gentes que transitan en la persecución
Se aceptan amores mal vaciados
vasos medios rotos
las gotas del éter de sus ojos
el si de un no yermo
Santiago nos guarda el recuerdo y el ruido
el cáliz de las alianzas viejas y secas
da cerveza de cabezas y las deja en las bocas
y las respuestas mal expuestas, en la noche de las gargantas.
y la leche caiga de las madres calladas
una quimera besara los ojos
de todo tu Santiago oscuro
Caminar, ver que las luces se encienden
con el descenso del sol,
la brisa invernal, el abrigo que puesto no abriga
y todo Santiago es medio beso
La mitad de un alma que sola
entre perlas deja una mañana,
en las pupilas de un río muerto,
en las riberas del ritmo imparable de un par de flores
Un par de flores viudas de tanto olor
pisadas de tanta agitación
en el suelo, las nubes se están
tan por abajo del suelo
Seguir un camino recto entre las curvas
resbalar por los adoquines
dirigir la mirada a un fin
con dos dedos sostener el cigarro
Ignorar el género,
al odio de las fábulas mal entendidas
soy tu Erinia
luego, los entornos entornan una Casandra
La tierra que se remueve con los pasos
lentos… que van tras otros
encontrando Ofelias muertas
deseosas de un poco de felicidad
Santiago muerto por el cansancio
abraza con las manos a hombres cansados
que la mentira les cosió los ojos
y el teléfono quemo sus oídos
Con los dedos que sostienen cigarros
apretan la cara, de lo que se ve y no se siente
se camina tras Morfeo, se implora un sueño.
Las gentes que transitan en la persecución
Se aceptan amores mal vaciados
vasos medios rotos
las gotas del éter de sus ojos
el si de un no yermo
Santiago nos guarda el recuerdo y el ruido
el cáliz de las alianzas viejas y secas
da cerveza de cabezas y las deja en las bocas
y las respuestas mal expuestas, en la noche de las gargantas.
Baquedano
Frente a mí, la mesa
Y a ti, yo
Frente a mí, un gesto
Que había olvidado
El mantel de colores
se vuelve incapaz de colorear el ambiente
y sin embargo, carente
en mi cabeza, tu gesto
Ese gesto que había olvidado
que el inconsciente como tesoro supo antes que yo
que guardó, que escondió
de mi, para no reventar mi cabeza
Verte, la mesa, tu
es como escalar las puntas
de las ramas de un árbol
sin hojas
Olerte, la mesa, tu
es como el jarrón de cristal que cayó a nuestros pies
es pisar hojas secas
como torcer la mano de un manco
Ese gesto, que rememora la esperanza
que marinera ya no está
el impulso deshecho
la fraternidad del silencio, mi querido
Las plantas rehuyen la verdad depuesta
el aire que navega entre tu brazo y el mío
mientras mi mano baila un cigarro
tu boca se desboca en persecuciones
Una felicidad expuesta
tu expectación y mi nula vision
el vaso se derrama lento, mi querido
lo trizado que ignoro a propósito
Mi pecho se contrae,
camino, callo y entre pasos
se acelera la solitud, que incómoda quiere huir
de mi, que te divisa
La felicidad, la bondad, la caridad
buenas noches
mi fraternal contacto
mi amable recuerdo, jamás hiciste mal
Solo me entregaste lo que ofreciste eterno
dos cobardes, buscando un café en Santiago
dos conocidos que conociéndose
se encuentran desconocidos. Un gusto.
Y a ti, yo
Frente a mí, un gesto
Que había olvidado
El mantel de colores
se vuelve incapaz de colorear el ambiente
y sin embargo, carente
en mi cabeza, tu gesto
Ese gesto que había olvidado
que el inconsciente como tesoro supo antes que yo
que guardó, que escondió
de mi, para no reventar mi cabeza
Verte, la mesa, tu
es como escalar las puntas
de las ramas de un árbol
sin hojas
Olerte, la mesa, tu
es como el jarrón de cristal que cayó a nuestros pies
es pisar hojas secas
como torcer la mano de un manco
Ese gesto, que rememora la esperanza
que marinera ya no está
el impulso deshecho
la fraternidad del silencio, mi querido
Las plantas rehuyen la verdad depuesta
el aire que navega entre tu brazo y el mío
mientras mi mano baila un cigarro
tu boca se desboca en persecuciones
Una felicidad expuesta
tu expectación y mi nula vision
el vaso se derrama lento, mi querido
lo trizado que ignoro a propósito
Mi pecho se contrae,
camino, callo y entre pasos
se acelera la solitud, que incómoda quiere huir
de mi, que te divisa
La felicidad, la bondad, la caridad
buenas noches
mi fraternal contacto
mi amable recuerdo, jamás hiciste mal
Solo me entregaste lo que ofreciste eterno
dos cobardes, buscando un café en Santiago
dos conocidos que conociéndose
se encuentran desconocidos. Un gusto.
Se reafirma
La suciedad maldita reafirma
Reafirma lo que la fuerza de gravedad reclama
Reclaman las noches tortuosas
La madre asesina, el niño con sangre en la boca
Los árboles que refutan sobras
Resultan las veces en las que el imposible…
¡Que el imposible es tu carne!
Tu carne que se oxida, por la humedad de mi frente
Mi frente que frente a tus palabras infieles
Razonó silenciosa
Dime si estuvo mal tendernos así, como nadie
Y siendo nadie fuimos lo más nefasto de la moralidad
Y la lengua que hoy crea la reminiscencia
Que redujo tu espalda quebrada y torcida de dolor
En un quejido, un temblar…
La lengua que desde tu miedo sube hasta tu nuca – mordiendo los nervios
Que no se inmutan, que no reclaman la menstruación psíquica
La niñez perdida, los azares
La menta, la ruda – la violencia fálica de tus ojos
La desesperanza y la complicidad que crea lo íntimo que me une
La mínima autoridad – contigo
Una cama – dos cigarros – mil besos
Que no destruyen bocas y que si destruyen éticas y banalidades
Implantan la libertad vacía, la exposición de las fibras, la negación de la fe
Reafirma lo que la fuerza de gravedad reclama
Reclaman las noches tortuosas
La madre asesina, el niño con sangre en la boca
Los árboles que refutan sobras
Resultan las veces en las que el imposible…
¡Que el imposible es tu carne!
Tu carne que se oxida, por la humedad de mi frente
Mi frente que frente a tus palabras infieles
Razonó silenciosa
Dime si estuvo mal tendernos así, como nadie
Y siendo nadie fuimos lo más nefasto de la moralidad
Y la lengua que hoy crea la reminiscencia
Que redujo tu espalda quebrada y torcida de dolor
En un quejido, un temblar…
La lengua que desde tu miedo sube hasta tu nuca – mordiendo los nervios
Que no se inmutan, que no reclaman la menstruación psíquica
La niñez perdida, los azares
La menta, la ruda – la violencia fálica de tus ojos
La desesperanza y la complicidad que crea lo íntimo que me une
La mínima autoridad – contigo
Una cama – dos cigarros – mil besos
Que no destruyen bocas y que si destruyen éticas y banalidades
Implantan la libertad vacía, la exposición de las fibras, la negación de la fe
martes, 5 de agosto de 2008
Ëter y la Carne
Éter y Carne se comen los antebrazos
Y brillan los ojos a la luz de la oscuridad tardía
Mientras Éter llena los espacios agua, aire, luz
Se va silenciosa aquella que dio de comer
Y que comiendo odio se va
Triste, desolado, perdido, indecente
Puede ser que Éter transporte la virginidad
Hasta el cuello del útero
[Luego la carne se encoge en revolución]
En revolución sanguinaria que envuelve la tierra
Se mastica las entrañas – esas que están en las narices de los hombres
Que se queman en cada cigarro lento
Puede ser que no haya ojos
Ni manos - De visiones y ascos se forja la bajeza
Abre la energía yerma – y Yerma mata al marido
Y no hay niños – no crecen hijos – los hijos se mueren
En la voluntad – en la voluntad – no creen
La punta de los dedos incorruptibles
Entran juntas entre el fango y la sangre cuajada
En el calor y el olor a perra en celo – toman lo que late y se van
Y la carne goza el triunfo mientras que en cada silencio más y más
Transporta vida, lamento, desolación, himen y mierda
Del hombre hueso y venas
Del hombre que camina, que llora y bajo el tedio aprende
Aprende a no saber que le comen la verdad por la nuca
Que los pies no caminan por que no hay, los ojos no lloran por que no saben ver.
Aprende a ser siervo, mientras genera la energía cósmica del accidente
Que gime y lo contempla, gira un planeta, se botan las colillas, se quiebran las botellas
Se desnuda una virgen, tiene un Dios, y el deseo va por la vena de cada uno de sus apóstoles. Pariendo miedo
Entrando lenta por la carne trasporta lo etéreo de la tierra
Los montones de movimientos sarcásticos
Por la uretra de nuestra inconcepción y de nuestra no comunión
Y se abre, se expande, se miente
El universo se abre, se expande, se encorva, se adolece
Siendo un accidente limitándose a entender lo que en números guarda en el pecho
El hombre insolente, burdo, beodo, amargo, asquiento - dulzura
Cuando tiembla frente a la incapacidad, cuando ama doliendo
Cuando abre los ojos y le duele ver.
Y brillan los ojos a la luz de la oscuridad tardía
Mientras Éter llena los espacios agua, aire, luz
Se va silenciosa aquella que dio de comer
Y que comiendo odio se va
Triste, desolado, perdido, indecente
Puede ser que Éter transporte la virginidad
Hasta el cuello del útero
[Luego la carne se encoge en revolución]
En revolución sanguinaria que envuelve la tierra
Se mastica las entrañas – esas que están en las narices de los hombres
Que se queman en cada cigarro lento
Puede ser que no haya ojos
Ni manos - De visiones y ascos se forja la bajeza
Abre la energía yerma – y Yerma mata al marido
Y no hay niños – no crecen hijos – los hijos se mueren
En la voluntad – en la voluntad – no creen
La punta de los dedos incorruptibles
Entran juntas entre el fango y la sangre cuajada
En el calor y el olor a perra en celo – toman lo que late y se van
Y la carne goza el triunfo mientras que en cada silencio más y más
Transporta vida, lamento, desolación, himen y mierda
Del hombre hueso y venas
Del hombre que camina, que llora y bajo el tedio aprende
Aprende a no saber que le comen la verdad por la nuca
Que los pies no caminan por que no hay, los ojos no lloran por que no saben ver.
Aprende a ser siervo, mientras genera la energía cósmica del accidente
Que gime y lo contempla, gira un planeta, se botan las colillas, se quiebran las botellas
Se desnuda una virgen, tiene un Dios, y el deseo va por la vena de cada uno de sus apóstoles. Pariendo miedo
Entrando lenta por la carne trasporta lo etéreo de la tierra
Los montones de movimientos sarcásticos
Por la uretra de nuestra inconcepción y de nuestra no comunión
Y se abre, se expande, se miente
El universo se abre, se expande, se encorva, se adolece
Siendo un accidente limitándose a entender lo que en números guarda en el pecho
El hombre insolente, burdo, beodo, amargo, asquiento - dulzura
Cuando tiembla frente a la incapacidad, cuando ama doliendo
Cuando abre los ojos y le duele ver.
Educación
Ya no sabemos luchar
la impresión de color se des- nitidizó
las caras se congojaron con la decisión
quisieron solo escapar
Ya no sabemos gritar
las manos en la espalda y la impresión se cayó a sus pies
no vimos caras
no quisimos escapar
Ya no hay más
las masas se mueven
las estipulaciones se caen con tus parpadeos
mientras te tragaste nuestra revolución
Ya estamos siendo cobardes
Por que nos duele empuñar la mano
Por que estamos siendo egoístas
Por que se nubla nuestro futuro, por que se cambian los futuros
Mañana sacaremos nuestra valentía para exponerla
Para que todos se burlen de ella
Decir que aun te soñamos
Decir que todo fue mentira
Mañana depondremos las verdades expuestas
Solo por hoy la vida fue una mierda
Solo había que apretar el gatillo
Solo había que cruzar mal la calle
De repente las calles debieron aceptar
El beso que ofreciste eterno
Y así desde tus cenizas, desde tu tristeza y perdición
Cambiar lo escrito, firmado por ciegos
De una vez haber aceptado tu bajeza
Y así haber dado el paso en falso que falta para perderlo todo
Quizás deberíamos llorar más de la cuenta por lo que nos deben por derecho
Y quizás informarles que de perdidas de conceptos no nos taparan la boca
Recordarte al oído y susurrarte que ya recordamos
Y tomar tu cuello tan débil como el nuestro y susurrarte que podemos empuñar la mano
Meterte la lengua en la boca para que sepas el sabor de un pobre
Desmenuzar tu hígado para que sientas el dolor de la perdida
Quizás debimos hablar menos de amor
Y de una vez por todas
Gritar a la cara que no somos de nadie
Que la gente no tiene dueño y que un labrador no nos mueve
Y debimos repetir una y mil veces que perdemos la memoria
Que hemos salido de la masa para redundar tu nombre
Para mostrar que las palabras dañan como tus balas
Abrazarte era vendernos al privilegio
Traicionar la lealtad
Encontrarnos es perdernos en nuestros ideales
Como sabemos que es correcto si nos matamos
Como sabemos que no queremos si nos asusta mirar
Como saber si la libertad esta presa
Que nuestro futuro lo guardas en la mano derecha
Decirte que no creemos, que queremos, que juzgamos
Que por las noches te violamos la fe, que no somos de nadie y que la nueva generación no tiene dueño.
la impresión de color se des- nitidizó
las caras se congojaron con la decisión
quisieron solo escapar
Ya no sabemos gritar
las manos en la espalda y la impresión se cayó a sus pies
no vimos caras
no quisimos escapar
Ya no hay más
las masas se mueven
las estipulaciones se caen con tus parpadeos
mientras te tragaste nuestra revolución
Ya estamos siendo cobardes
Por que nos duele empuñar la mano
Por que estamos siendo egoístas
Por que se nubla nuestro futuro, por que se cambian los futuros
Mañana sacaremos nuestra valentía para exponerla
Para que todos se burlen de ella
Decir que aun te soñamos
Decir que todo fue mentira
Mañana depondremos las verdades expuestas
Solo por hoy la vida fue una mierda
Solo había que apretar el gatillo
Solo había que cruzar mal la calle
De repente las calles debieron aceptar
El beso que ofreciste eterno
Y así desde tus cenizas, desde tu tristeza y perdición
Cambiar lo escrito, firmado por ciegos
De una vez haber aceptado tu bajeza
Y así haber dado el paso en falso que falta para perderlo todo
Quizás deberíamos llorar más de la cuenta por lo que nos deben por derecho
Y quizás informarles que de perdidas de conceptos no nos taparan la boca
Recordarte al oído y susurrarte que ya recordamos
Y tomar tu cuello tan débil como el nuestro y susurrarte que podemos empuñar la mano
Meterte la lengua en la boca para que sepas el sabor de un pobre
Desmenuzar tu hígado para que sientas el dolor de la perdida
Quizás debimos hablar menos de amor
Y de una vez por todas
Gritar a la cara que no somos de nadie
Que la gente no tiene dueño y que un labrador no nos mueve
Y debimos repetir una y mil veces que perdemos la memoria
Que hemos salido de la masa para redundar tu nombre
Para mostrar que las palabras dañan como tus balas
Abrazarte era vendernos al privilegio
Traicionar la lealtad
Encontrarnos es perdernos en nuestros ideales
Como sabemos que es correcto si nos matamos
Como sabemos que no queremos si nos asusta mirar
Como saber si la libertad esta presa
Que nuestro futuro lo guardas en la mano derecha
Decirte que no creemos, que queremos, que juzgamos
Que por las noches te violamos la fe, que no somos de nadie y que la nueva generación no tiene dueño.
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