lunes, 8 de octubre de 2007

(Sin nombre)

Desesperadamente ando buscando la manera de esquivar tu no encuentro
Por si acaso un vidrio del mar preferentemente verde nos hará felices, llegarás pronto y rellenarás todos los fondos mas hondos de la tierra, recobraría toda la verdad escondida, recuperaría la falta de dolor, recuperaría el sabor a chocolate de mis muelas
Si aparecieras ten por seguro que correríamos por el mar-en el fondo mas hondo con los pescados grises
Y si eso fuera cierto, todos los días diría en cada amanecer a tu lado diría, en cada parpadear de tu pecho en el mío que quiero
Y si pudiera decir eso, te diría también que no miento tan seguido (creo, ¿o no?)

Esquizofrénicamente te busco en los muelles, el olor a pino y eucaliptos, las piedras oscuras tiradas a las pozas de agua salada-el viento caliente, los sacrificios-y si todo lo escrito reviviera verdaderamente en mi, hora tras hora me volvería mas y mas loca, me perdería, por eso y sin mas explicaciones, no quiero mas nada de esto ni de aquello ni lo otro, caricias subversivas del víctor en su nicho rojito como la sangre que un día bañó a su guitarra, gentes que no entienden aun por que y si fuera cierto que veo todo esto y no hago nada es simplemente por que puedo mentir, tengo el favor de hacerlo por que he renacido nuevamente de tus cenizas corazón, te guardaría en una cajita de hojitas secas sigo con los olores de tu espalda, de tu cuello, las conchitas de tus puños pequeños e inmensos, la arena de tu mirar, lo tostado de tu recepción, las manos que tiñeron mi espalda, los dedos que corrieron al compás de las respiraciones, los dedos que consumen los cigarros o como cigarros, aquí miento por que quiero, tengo miedo a que me sorprenda la pena de la mentira inminente y obvio de tener que perder y estar sola concretamente hablando. Te condeno a mi mirada

lunes, 1 de octubre de 2007

Escribo aquí mi nombre por que no tengo como llamarme en este mundo, así puedo hacerlo y quizás deshacerlo; pero es uno el que queda fijo en los oídos tenebrosos de Santiago deteriorado. El libro lo compré para la “medieval” pero en realidad ahora existe para la “posteridad”, por que el día que decidió quedarse en mi bolso, fue el día en que todo Santiago vomitó sobre mi nuca los colores Valparaíso que había adquirido con tu nombre , entonces, lo decido así, mi nombre por cada vez que me dediques una mirada será escrito en la arena profana para que sea borrado como las esperanzas que puse en tus besos, que resultaron un texto sin contexto y así, ese nombre rellenará las grietas de tu frialdad amable y “El despojo” se está quedando colgado en mi pared al lado izquierdo de mi cabeza por que el corazón también está a la izquierda.

(Se fué Septiembre)