jueves, 6 de marzo de 2008

carta

Buenas noches. No quise escribir antes o mostrarlo por que lo de antes es mucho y te dolerá leerlo, no puedo creer que aun siga tratando de cuidarte, aunque no te tengo, bueno, nunca te tuve ¿cierto? Hoy ocurrió algo que me tiene llorando sin parar (hace tiempo que no lo hacia), pensé que verte no me causaría mas que felicidad, pero no, tu imagen que no me veía, que seguía con su vida, que hablaba y reía sin contarme siquiera me desesperó, esta vez no escapé, me quede mirándote sin que me vieras. Este llanto es distinto a los otros, este no lo puedo controlar, sale de la tempestad de mi estomago, tu no imaginas como todo quiere fluir como lo hace y yo no controlo, me pierdo en mi y es que sé que avanzar y cruzar significa que me descubras y si me descubres, me verás tan frágil y tampoco quiero tu llamada compadeciente, tus ojos ya desconocidos, ni tener que ver lo inevitable.
Nunca quise escribirte tales cosas, quizás por que nunca se salieron de aquí de mi pieza y menos mal que solo andaban dando giros por mis paredes, con mis pájaros de papel que no saben volar, que no saben hablar, solo mirar; ahora se me escapan, me huyen como todo lo demás.
Mi bien recordado e infeliz recuerdo de lo mío contigo, de ternura y madurez se volvió un torbellino de hojas de afeitar que destruye mis pájaros, mi angustia, mi fe, mi esperanza vacía, los colores, las transferencias, los sueños que hoy comencé a fabricar y me da mucha pena por que eran tan lindos que ya comenzaban a retroalimentar mi amor. Nunca quise que leyeras estas cosas pero se me caen de los ojos y de la boca.
Siempre soñaba en esa época en la que te besaba con esa mínima autoridad que me daba nuestra privacidad, meterme en tu cama cuando durmieras, atravesar las paredes, no tener que mirar a nadie, ni siquiera a mi que me gritaba que no siguiera y fui terca y seguí entrando a tu pieza todas las noches cuando dormías y te miraba pacifico y veía que no sabias soñar (o lo habías olvidado), también soñaba que en las noches de lluvia nos encontraríamos en alguna plaza con nuestros respectivos paraguas, chocolates y sonrisas, para caminar y luego cuando ya me hubiera mojado el pelo y chapoteado en el agua con tu mirada adulta sobre mi, nos arroparíamos las falencias y las soledades, soñaba solita, contigo riendo, hablando, sanándose, fumando y viviendo. Yo tenia sueños que guardaba celosa, hoy los dejo libres como hijos y como madre me duele dejarlos volar. Tu no sabias nada de esto y mi carta esta llena de palabras simples de faltas gramaticales, puede que unos acentos no estén en su lugar, no me preocupé expié mi llanto sobre las líneas, y que tardaron largos minutos en escribirse y que para ti quizás si es que lo lees serán unos segundos, pues bien, me conformo con que vuelen hacia tu almohada como yo solo lo hacia dormida.

Cuídate, se que no mereces esto, es muy grande para que te lo comas de un bocado, es lo mas sensato que hago conmigo (yo no quería sentirte, lo juro). Me termine de ir, ahora no queda nada de mí ni en la calle. Cambié.

No hay comentarios: