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Se murió. Solo eso pude percibir, fue lo único que con certeza mantengo hasta hoy.

Se murió, es lo que entiendo, cuando las parejas se separan, se mueren… simplemente cuando se van, nos transformamos en tristes viudas, buscando un fiel encuentro guardado en los recuerdos intocables, que se guardan en los temporales bisiestos de las manos quebradas.
Si viera al muerto, seria un espanto. Por que esta muerto, si resucita... es un cadáver podrido penetrante, si se esfuma y sonríe, lo que resucita es la rabia que sale por los poros inconmensurables, de los cabellos que se movían al viento felices por la ausencia y la autosuficiencia.

Hoy, de tanta muerte junta, de tanta injusticia tapada por comerciales cada vez mas obvios, tanta desaparición de niños que no tenían la culpa, de animales que desaparecen, de obreros manejados como rebaños, de burgueses comunistas que llenan la boca con la palabra obrero y jamás han visto un pobre, del comercio, de tratados de urbanización, del aire que se compra, de estúpidos que mientras mas estúpidos mas poder tienen para matar y cercenar inocentes por su propio interés.

Luego la muerte significo que el mundo se metiera en mi pecho, significo que todo se hiciera chiquito y que tu ausencia lo volviese todo extremadamente pequeño… hoy mirando al cielo descubro mi pequeñez, la de todos, descubro lo descubierto, lo que cierran esas puertas de acero… el duelo hizo de mi un poder, el duelo me enseño a enfermar, a vomitar, a callar, a no llorar si no es por causa justa… si lloro solo por mi, pobre de mi, es que no estamos solos, es que todo el mundo se mueve y mete bulla, diseminada la fuerza en potencia de la sangre rebelión, que los antepasados han dejado en nuestras venas.

El duelo de cuando nos dejamos significo que los astros se alborotaran, significo que el cielo se oscureciera, que las palabras perdieran toda carga semántica, significo que todo lo empírico que había guardado en la memoria se volviera polvo, significo, la apertura de las fibras, la absolución de la fe, de la esperanza, de que la muerte es muerte. Y que las ganas de matar no se salen como una mancha, están, es la naturaleza del hombre, es el mundo que gira, son los viajes. Es la revolución – este mundo de repente es terrible, da miedo pero solo cuando la mente se expande, solo cuando siento que estoy sintiendo uno punto un millones de sentimientos, cuando ando en el metro a las siete de la mañana, y no cuando me encierro en la cajita del temor, de la incertidumbre, de la perdida, hoy se que tengo certezas y que en ninguna, estoy lo suficientemente mal para morir en alguien.