martes, 17 de abril de 2007

Pecado capital.

En sus dedos jadeantes corre caliente
Por su olor penetra en sus mejillas
Y la sigue, persigue, inventa, engulle

Por su mentón resbala y cae
Gota
A gota
Y sus dedos siguen la ruta

Por su frente háyase una nube de escarcha
Y las manos temblorosas rezan
Lo que deshace, cae, se dilata, caliente, lo engulle

Los dedos avanzan a sus labios sedientos
En la boca del estomago el vacío, la nada
Parpados que pestañean más rápidos que pensarlos

Lagrimas que navegan su inconsciente
Llegan a la oreja misma de la obsesión, dejación, caliente, lo engulle
Tiembla

Los dedos, con saliva se deslizan
Callan, piensan, dudan, sienten, calientes, lo engulle
Uno tras otro cae, uno y otro entran
Y uno tras otro retroceden hasta su pecho dolorido

Estira, alcanza, atrapa, torpe
Entre etiquetas, la lujuria, y chupa y no siente
Y uno tras otro engulle y se calientan con el palpitar de sus yemas

La boca del estomago vacía… y en su cabeza la sombra…
Escarcha, se calienta, no se derrite, cae una y otra vez
Pedazos, uno otro entran y cortan, lonjas de dolor

La gula, que corre por el ojo navega la culpa
Chupa el abandono
Y muerde y despoja al orgullo, se contrae – es viento

Saliva en la frente, de dolor
Dedos que apenas toca el recuerdo
Dedos sedientos de sal, sal uno tras otro – el grano

Entra, uno tras otro
Engullendo el grano de sal
que entra uno tras otro, lento en la sangre abierta que gotea – es tierra.

2 comentarios:

Tito dijo...

Cassandra Cara:
he leído con atención sus poesías y me he quedado sorprendido del flujo torrencial que muestran sus signos. Buenas salenas!

Tito, alias el profe de filosofía

Ignacio Cortés M. dijo...

te amo.
Escribes con una fluidez, como si fueran gotas que resbalan en un vidrio, en esa temporada de lluvia.

que esa lluvia de palabras, riegue nuestra planta, para tenerte entre mis brazos y amarte, amarte tanto como te extraño ahora.

ignacio